martes, 12 de agosto de 2008

Especuladores e inversores

Hoy en el blog salmón he leido una interesante entrada que me ha dado mucho que pensar. La entrada en cuestión versa sobre los especuladores.

Las reflexiones recogidas en el post son sumamente interesantes. Pasa por la definición del término en sí y promulga que, entre otras cosas, el especulador da liquidez al mercado, opinión con la que coincido plenamente.

Y si interesantes son las reflexiones del post, más interesante es el hilo de comentarios que está surgiendo en torno a este tema. Es cierto que todos bebemos de una cierta raiz especuladora, desde el que invierte en bolsa, en casas o pisos hasta el típico individuo que se encarga de vender bebidas frescas en la playa a precio de bar de copas.

Es cierto que el término "especulador" se emplea con una cierta connotación despectiva. Y es que hay siempre un "buen especulador" que no es otra cosa que un inversor, y un "mal especulador" que es el que finalmente acaba acuñando el propio término en sí.
La diferencia entre un bueno y un malo (especulador) radica fundamentalmente en la capacidad que tienen uno y otro para asumir el riesgo (que conlleva pérdidas) y la propia responsabilidad ante esos riesgos y resultados.
Un inversor (buen especulador), sobrevive a la crisis, reconoce y asume las pérdidas porque está preparado para ello. El mal especulador sin embargo tiene problemas para sobrevivir en tiempos difíciles... y lo cierto es que tiene problemas porque en la mayoría de los casos no sólo ha asumido demasiado riesgo sino que (salvo excepciones) este exceso de riesgo viene acompañado también de un exceso de confianza y un "vivir por encima de sus posiblidades"... algo que acaba provocándole el más absoluto de los colapsos (en todos los sentidos).

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